Soy una persona de recetas. Hay muy pocas cosas que puedo cocinar mentalmente, y generalmente son saladas. Cuando se trata de dulces, debo referirme al guión de manera obligada, aunque sea para preparar un pastel de zanahoria que he hecho millones de veces.
No recuerdo cual es su origen y me sabe muy mal no poder dar créditos a una receta que me ha acompañado tantos años. Todo comienza en un ataque de nostalgia cuando decidí partir a Chile: debo haber buscado por internet alguna receta de carrot cake para recordar aquel suave, esponjoso y aromático pastel de canela y zanahoria que me llevaba mentalmente de regreso al norte del continente. Si bien su encuentro no tiene nada de romántico- puede que haya sido una de las primeras en uno de los escasos blogs de comida de la época, la llevé conmigo en una hoja manuscrita, la afiné con el tiempo y la reescribí un par de veces para mis tías, que quedaron fascinadas con esta versión dulce de la zanahoria. Luego, una vez de regreso en USA, esta incursión amateur en la repostería americana pasó a ocupar un lugar protagónico en el piso que compartía con mis roomates. Y una vez en España, se convirtió en El Carrot Cake que semanalmente servía a Vicky para que lo vendiera en su bar.
Fue en este tiempo cuando traspasé la receta a una hoja en limpio junto con los otros dos pasteles que hacía para ella, y como así de veces lo he hecho, así de veces que he tenido que consultar la receta, como si mirarla fuera un paso indispensable para el éxito de la preparación. La hoja por supuesto está llena de manchas de aceite, zanahoria, harinas, etc. He hecho sutiles variaciones de tipos de harina, nueces, especias, todas ellas se evidencian en el papel. Sé que podría traspasarla a una hoja nueva (mi hermana insistía en eso), pero todo se ha convertido en parte del ritual, no solo mirar la receta, sino mirarla desde esa hoja. Así que desde ahí la miraré, hasta que no se pueda leer mas, aunque ahora me queda la tranquilidad de que, al compartirla con vosotros, la guardo para siempre en el ciberespacio.
Seguro que más de alguno conserva una receta apuntada en un trozo de papel que se deshace de viejo, en alguna servilleta, en algún rincón de un libro. Y más aun, es de obligatoria consulta cuando hay que preparar esa receta. ¿O soy la única?
Ahora a la receta. Con respecto a este pastel de zanahoria, ha sido modificado de la presentación original para dar paso a un pastel en toda regla, que se corta en cuñas y se sirve entre los invitados (y que sirve para cantar cumpleaños feliz).
Atención se debe prestar a que un carrot cake digno de llamarse tal se cubre religiosamente con un “frosting”, una especie de glaseado denso y blanquecino a base de azúcar glasé que contrasta maravillosamente con el bizcocho moreno lleno de canela, zanahoria y nueces. A los americanos les encantan esas mezclas acarameladas sobre los bizcochos, y si bien el combinar un par de tazas (¡tazas!) de azúcar para bañar un pastel no me hace mucha gracia, me gusta el contraste de colores que generaba la adición. Como ya le hemos quitado la forma original, podemos también buscar una variante para el frosting, ¿no?. De ahí que surgió la idea de rellenarlo con una de mis últimos descubrimientos: leche de coco montada. Si, montada como la nata montada. Yo he utilizado para mi bizcocho de 18 cm (7in) 125ml de leche de coco. El proceso es similar: enfriar y montar en un bol con unas barillas. ¡Fácil y delicioso! El resultado es magnífico. La textura aterciopelada y suave del coco se cuela por el bizcocho una vez en el paladar. Los sabores se combinan para dar protagonismo al sabor de la canela, la textura del bizcocho y la suavidad del relleno, que es como una pausa entre bocado y bocado.
Espero que os guste.
Pastel de Zanahoria con Relleno de Coco
1.5h (+3 de enfriar) | 8 PERSONAS | NIVEL MEDIO
- 2 huevos
- 155 ml (2/3 taza) de aceite de girasol
- 100 gr (1/2 taza) de azucar blanca
- 1 cucharada de esencia de vainilla
- 125 gr (1taza) de harina integral
- 1 cucharada de levadura quimica (royal)
- 1/2 cucharada de bicarbonato
- 1/4 cucharada de sal
- 1 cucharada de canela en polvo
- 130 gr (1.5 tazas) de zanahoria rallada)
- 1/2 taza de nueces picadas
- 125 ml de leche de coco, fría
- 2 cuchardadas de azucar glas
- Encender el horno a 180ºC (350ºF)
- Preparar un molde de 18-20 centímetros (7 a 9 pulgadas). Si es de metal, engrasar y espolvorear con harina para que no se pegue la masa durante la cocción.
- Batir con con una batidora eléctrica (o barillas) los huevos, el aceite, el azúcar y la vainilla hasta conseguir una mezcla blanquecina, espesa, ligeramente espumosa. Este punto se alcanza pasados unos 5 minutos aproximadamente.
- En un bol, cernir la harina, la canela, la levadura, el bicarbonato y la sal.
- Agregar poco a poco la harina a la mezcla liquida con una espátula, realizando movimientos envolventes, como dibujando un ocho (8) de pié. No se trata de batir la harina, si no que manualmente integrarla en el líquido con el menor número de movimientos posibles. De esta manera evitamos perder el volumen que le hemos dado a la mezcla de huevos en la etapa de batir. El batido en este punto se vuelve espeso: es de esperar. El líquido que falta lo otorgará las zanahorias.
- Una vez integrada la harina, incorporamos la zanahoria, en tres porciones. También, tratamos de integrarla haciendo movimientos circulare. Por último, agregamos las nueces con la misma técnica.
- Vertir el batido en el molde y cocinar por 35 minutos aproximadamente. Comprobar la cocción introducciendo un cuchillo en el medio: si sale seco y limpio es que ya está listo para salir del horno.
- Una vez hecho, sacar del horno y dejar enfriar por 10 minutos. Luego, desmoldar y dejar enfriar al aire libre por un mímino de 5 horas. Por mientras, preparamos el relleno de coco.
- Poner en un bol metálico (mantienen mejor el frío) la leche de coco. Batir a velocidad media hasta que comience a montar picos suaves. Sin parar, agregar el azucar glas cucharada por cucharada. El relleno no quedará tan duro como una nata de leche, pero estará lista cuando forme picos y al girar el bol, no se caiga.
Update: Leche de coco- crema diluida al 60%, de la marca Aroy-D. Muy común en los supermercados asiáticos, los 250ml me costaron 1,10€ |
- Una vez enfriado el bizcocho, lo cortamos con un cuchillo largo en tres discos. Vamos montando el pastel poniendo un tercio del relleno de coco, luego el disco intermedio, otro tercio del relleno, el disco final, y por último el último disco. Yo utilizo una cinta metálica para montar el pastel, pero si lo hacéis con cuidado no deberíais temer.
- La decoración de encima es a vuestro gusto. Yo utilizo zanahoria rallada muy fina, previamente secada entre papel para que pierda todo su liquido. Por encima, azúcar moreno.
MMMMmmmmmmmmmmmmmmmmmm, ya se cual será mi proximo regalo de cumple!!
ResponderEliminarfalta un año entero!
EliminarMe mori de la delicia :O
ResponderEliminaryo quiero esto!!!
ResponderEliminarHola! Cuál es la leche de coco que has utilizado para montar? He probado con la típica que venden en el super, estilo thai, pero aún después de 10 minutos batiendo no se ha querido montar..... Help! Gracias y felicidades por el blog!
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarHe actualizado las fotos para que veas el cartón de leche que utilicé en esta receta. Yo la compro en un súper asiático que tengo cerca de casa, pero si no encuentras esta misma marca, asegúrate que la que compres contenga como mínimo 60% de crema de coco.
Recuerda también que para que monte bien, debe estar MUY fría, y que no cogerá la consistencia de nata de leche montada, sino algo mas ligero.
Espero que te resulte!
Vale guapa!! Muchas gracias!! Voy a fijarme la próxima vez. La que compre era marca Blue Dragon con 56% de extracto de coco... Pero supongo que la cantidad de grasa también influye. Ahora eso sí, el pastel aún sin el coco ha quedado riquísimo!!! Yo sustituí el relleno de coco por mascarpone y ha quedado muy bien también. Besos!!
ResponderEliminar¡Hola Valentina!,
ResponderEliminar¿Cómo estás? Es excelente la receta del pastel que nos compartes. He decidido hacer uno para celebraciones, en el relleno implementé: 600 g. (1 lb., 5 oz.) de queso mascarpone, 50 ml. (2 fl oz.) de leche, 175 g. (6 oz.) de azúcar glas, cernida, ralladura y jugo de dos limones verdes y 80 g. (3 oz.) de chocolate blanco, rallado. Ha sido una delicia para mis invitados.
Muchas gracias y saludos cordiales,
Lorena Aranda http://VideosdePostres.Blogspot.com