domingo, 18 de noviembre de 2012

Pakoras de Berenjena y Calabacín




La entrada de hoy es un poco controversial para mí  ya que transgrede dos máximas de mi cocina: uno, utilizar siempre verduras locales de temporada, y dos, evitar las frituras. La ultima no porque no disfrute de esos crujientes, dorados fritos que conservan en su interior algún manjar en un perfecto punto de cocción. No. Simplemente prefiero comerlos fuera, odio el olor a fritura.
El primer punto sí que es tiene más razones de peso. Y el motivo es que me entristece  ver cómo nos hemos desentendido del ciclo normal de las cosas  y pensamos que las frutas y verduras crecen a nuestra disposición 365 días al año. Si bien hoy en día podemos “disponer” de cualquier fruta o verdura que queramos, está bien saber encontrarse con el lugar que nos rodea y descubrir lo que tiene para ofrecernos fresco, aromático y cercano. Es un ejercicio interesante a través del cual se puede conocer todo sobre un lugar: su gente, su tierra, sus comidas, su cultura.



El comer local y de acorde a las estaciones es además una actitud responsable con el medio ambiente ya que evita  prácticas de agricultura intensiva de tanto impacto como lo que ocurre en el lugar de donde vienen mis berenjenas de hoy: el mar de plástico de Almería, la mayor extensión de invernaderos del mundo con alrededor de 350km cuadrados de superficie.  La producción intensiva de verduras “veraniegas” para alimentar al resto de Europa está acabando con los acuíferos de esta zona,  contaminando los suelos con pesticidas y generando una cantidad de residuos que el mismo sistema no alcanza a reabsorber. Todo para que podamos comer tomates, pepinos  y berenjenas en pleno invierno. Pero bueno, estas reflexiones personales las comparto pero no las impongo. Sólo os animo a ser más conscientes con el medio ambiente y a retomar aquellas prácticas culinarias de nuestras abuelas y bis-abuelas.
Y todo este mareo, ¿por qué? Ah, porque compré unas berenjenas y un pepino para cocinar. El motivo: mi hermana se encuentra en el otro hemisferio, donde es primavera y estas verduras están listas para su cosecha. Segundo, quería animaros a que, si habíais comprado harina de Garbanzo para preparar los creps del primer post, pudierais extender vuestro repertorio con este ingrediente. Y tercero, estaba antojada de Pakoras! Es que son tan ricas, que merecía que vaciara media botella de aceite en mi olla de frituras y las preparara para mi deleite.




Las Pakoras son la versión India de la tempura. Son verduras rebozadas, fritas, que se suelen acompañar de raita, una salsa a base de yogurt. Si bien hacer un batido perfecto de tempura puede ser una misión imposible, hacer el batido para las pakoras es  simple en esencia. Sólo basta mezclar la harina con agua, aromatizar con aquello que más nos guste, y voilà, listo está para untar las rodajas de verduras y ponernos a freír. Ya os comenté que la harina de garbanzos no necesita huevos para hacerla esponjosa, por lo que si bien aquí utilizamos verduras, el batido puede servir para rebozar pollo, calamares o cualquier otra cosa que os apetezca comer en su versión rebozada. Os prometo que cuando lo probéis, no volveréis más la harina de trigo para este tipo de preparaciones.



Para aquellos  que os habéis quedado pegados en lo de la salsa de yogurt y estáis pensando “¿yogurt?, ¿salado?” No temáis. La simple combinación de yogurt con sal y pimienta ya es deliciosa. Aquí le pondremos perejil, un poco de ajo y pepino. La salsa será un buen acompañamiento a las pakoras ya que le darán el toque fresco y un contraste acido.
Y un consejo para los más torpes. ¡Cuidado con el aceite caliente!
 

 Que disfrutéis.


Pakoras de Berenjena y Calabacín

4 PERSONAS | 1 HORA | FÁCIL 
  • 1 Berenjena grande
  • 2 Calabacines
  • 200 g de harina de garbanzos
  • 275ml de agua
  • ½ cucharada de comino
  • 1 cucharada de hierbabuena seca
  • ½ cucharadita de pimiento rojo 
  • 1 cucharadita de sal
  • ½ pepino (110gr)
  • 125 ml de yogurt natural
  • 2 cucharadas de perejil picado
  • Pimienta, Sal de ajo* 
  • 500 ml de aceite de girasol para freír
  1. Lavar las verduras y cortar rodajas uniformes de ½ centímetro de espesor. Reservar.
  2. Preparar el batido mezclando en un bol la harina de garbanzo, las especias y la sal. Agregar poco a poco el agua, revolviendo con una varilla o tenedor para deshacer la harina completamente. El batido quedara líquido. Reservar y preparar la salsa.
  3. Picar el pepino en cubos pequeños. Yo me ayudé de una mandolina. Otra opción es rallarlo, aunque perderemos textura.
  4. Mezclar el pepino con el yogurt, el perejil y la sal. Agregar pimienta a gusto. Reservar en la nevera.
  5. Calentar el aceite en una olla. Yo utilicé una olla de 23 cm y ½ litro de aceite, lo que me dio profundidad suficiente para freír en batches de cuatro.  El aceite estará caliente cuando, al hacer caer una gota de batido esta sube rápidamente a la superficie. Preparar por mientras un plato con papel absorbente.
  6. Untar las verduras en el batido de cuatro en cuatro, comenzando con la berenjena. Una a una, sumergirlas en el aceite con mucho cuidado de no dejarlas caer desde muy arriba para evitar que salte aceite. Cuando comienzan a dorarse, más o menos 1 minuto, girarlas. Esperar otros 40 segundos y retirar del aceite. Poner en el plato con papel.
  7. Continuar con las rodajas de calabacín. Untar en el batido y freír, aunque por menos tiempo. El calabacín, al ser más pequeño no será necesario girarlo. Sacar cuando estén dorados, en un minuto aproximadamente.
  8. Servir de inmediato acompañado de la salsa de yogurt y pepino. Decorar con pimienta recién molida.

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