Es muy difícil escribir sobre comida cuando se vuelve de un festín marinero como el que hemos disfrutado hoy con el patri. Sin haberlo planificado, regresando de una carrera que el patri corrió por la Villa Olímpica, nos hemos dado una muy buena sorpresa al encontrar un nuevo restaurant en la Barceloneta, al lado del Woki market. Se llama Barraca y es una nueva arrocería a cargo del el ex-chef de Can Fabes, Xavier Pellicer, y una extensión empresarial del dueño del Woki Market del lado.
No es que supiera yo que lo habían inaugurado, ni quién era el señor Pellicer en ese momento, pero la carta que daba a la calle tenía su firma en la parte inferior, y eso me transmitió una confianza (como un artista que firma su obra) que jugó positivamente en nuestra decisión de entrar.
Es muy agradable comer (y luego pagar) cuando la comida esta tan fresca y sabrosa. De primero, pedimos un gazpacho con sandía que tenía una consistencia y un balance de sabor perfecto, siguieron unos mejillones al vapor con albahaca y tomate recién hechos, y de segundo, pescado a la plancha con guarnición. No recuerdo el nombre del pescado- algo similar a la dorada de carne más tersa, pero la preparación estaba tan bien cuidada, que me sorprendí gratamente al sentir sabores a estragón, lemongrass y tomillo fresco en mis bocados de pescado y verdura. Estaba armoniosamente sazonado con un conjunto de especias que acompañaban perfectamente esa carne tersa del pescado sin quitarle su protagonismo. Creo que nunca había comido un pescado tan bueno.
Se puede decir que de casualidad que encontramos mesa- gracias a nuestra técnica de comer temprano, pero tiene toda la pinta de que de aquí a un par de meses, será muy difícil reservar en ese lugar. Es la combinación perfecta entre calidad, ubicación y estampa de cocinero de estrella Michelin. Habrá que ir a probar el arroz pronto… Si el bolsillo lo permite.
Y así, después de casi medio kilo de carne de pescado, mejillones y verduritas, me encuentro en el sofá, tratando de retomar aquellos pensamientos que rondaban mi cabeza ayer, cuando preparaba uno de mis platos favoritos: este pollo con manzana y salsa de mostaza, que adopté como propio de una revista Cocina (Lecturas), aunque no sé qué número.
Lo que me gusta de este plato, es obviamente, el contraste agridulce que se produce entre la manzana y la mostaza. El pollo aporta consistencia y carácter al plato, pero para mí, una buena mostaza picante y tibia, aromatizada con un vino blanco seco y suavizada con un rayito de nata, hacen la mejor salsa que puede caer sobre esa carne. Luego, la manzana aporta dulzura y un extra de acidez que se combinan en la boca en un equilibrio agradable. El truco de este plato es marcar el pollo y las manzanas en una sartén antes de meterlas al horno. De esta manera, impedimos que los jugos salgan de la carne (y pulpa) mientras se terminan de cocinar en el horno y conseguimos una carne jugosa y unas manzanas que mantienen su forma en el plato, con un hermoso borde dorado y un interior suave y untuoso.
Nosotros tuvimos a Uri ayer en casa, hace tiempo que no lo veíamos. Ahora que es verano, invitad a vuestros amigos y haced este plato. Las cantidades son fácilmente dimensionables, es muy fácil de preparar y el resultado es delicado, sabroso y contundente.
¡Que aproveche!
Muslos de Pollo con Manzana y Salsa de Mostaza
4 PERSONAS | 1 HORA | DIFICULTAD MEDIA
Yo he utilizado en este caso contramuslos de pollo sin piel, aunque os recomiendo en esta receta utilizar muslos enteros con piel, que aportan sabor y, una vez al horno, bien sellados, la piel queda seca y crocante. Con respecto a la mostaza, tratad de utilizar una de calidad, tipo Dijon, que no tenga mucha azúcar. Por último, si queréis, podéis utilizar un poco de la cebolla sofrita para terminar de cocinarla en el horno, como hice yo en esta ocasión.-v
- 4 Muslos de pollo (u 8 contramuslos)
- 3 manzanas verdes (Golden o reineta)
- 2 cebollas medianas
- 2 cucharadas de mostaza Dijon
- 100ml de vino blanco
- 50 ml de nata
- Sal y pimienta
- Aceite de oliva
- Precalentar el horno a 170ºC
- Lavar y secar los muslos de pollo. Lavar las manzanas y cortarlas en gajos, en ocho por manzana. Pelar la cebolla y cortarla en juliana fina.
- Calentar una sartén con un poco de aceite. Disponer los muslos de pollo con la piel hacia abajo y dorar por ocho minutos. Girar y dorar la parte de abajo, hasta obtener un color dorado. Retirar de la sarten y disponer sobre una fuente para horno.
- En la misma sartén donde se ha dorado el pollo, sin limpiar la sartén, dorar las manzanas, cinco minutos por lado, hasta obtener un borde dorado en los gajos. Agregar más aceite de oliva si la sarten se seca. Realizar la operación en tandas si es necesario, para no sobre popular la sarten. Una vez doradas, disponer las manzanas alrededor de los muslos de pollo, en la bandeja del horno.
- Poner la bandeja con el pollo y las manzanas en el horno por 25 minutos, aproximadamente. Diez minutos antes de sacar la bandeja, preparar la salsa.
- Sin limpiar la sartén donde se doraron las manzanas, agregar una cucharada de aceite y sofreír la cebolla, hasta que esté sueva y transparente. Sazonar con sal y pimienta. Agregar el vino blanco y desglacear la sarten, diluyendo los jugos que se han pegado a la sartén. Dejar evaporar el alcohol del vino a fuego medio por unos 3 minutos.
- Agregar la mostaza a sartén y combinar bien. Una vez disuelta, agregar la nata y combinar. Si la salsa queda muy espesa, agregar un poco de agua. Cocinar por un minuto o dos y retirar del fuego. Reservar.
- Pasado el tiempo, sacar la bandeja de pollo del horno y dejar reposar 10-25 minutos antes de servir.
- Para servir, disponer la salsa de mostaza y cebollas en el fondo del plato, disponer el muslo de pollo sobre la salsa y acompañar con trozos de manzana. Decorar con perejil fresco.
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