Qué bien. Las cosas han vuelto a una relativa normalidad después del extraño caso de la mesa explosiva. El ordenador de casa volvió a la vida después de una operación a corazón abierto en la cual el Patri y yo le cambiamos el disco duro, que se había estropeado. Fue una experiencia bastante satisfactoria, tanto técnica como económicamente. En internet había un tutorial exhaustivo de cómo realizar el cambio, y considerando que desde que llegamos a la conclusión de que había que cambiar el disco, el Patri estaba deseoso de entrar en las tripas del Mac, estoy contenta de que lo hayamos hecho nosotros. Al menos tengo un ordenador funcionando. El portátil puede ser que no lo recupere más, aunque con estas incursiones electrónicas, me dieron ganas cambiarle la pantalla dañada yo misma…
Fotos con el iPhone. Me pasó que la cámara no tenia baterías y tuve que cargarlas mientras cocinaba. Así que durante la preparación tiré de mi anciano teléfono. |
Lo que os traigo de comer hoy viene inspirado de una experiencia que hace mucho no me permitía: ir a comprar verduras. Creo que no os había comentado, pero en casa llevamos un par de años como clientes de una huerta ecológica que está en Amposta, Tarragona que nos envía quincenalmente una caja con sus cosechas de la semana. Así, miércoles si, miércoles no, llega religiosamente nuestra cajita de 8 kilos con fruta y verdura de la estación, fresca, intensa en colores y aromas que llegan a su esplendor en los meses de verano. Tengo previsto hacer un post especial sobre mis proveedores Verduras ecologicas Joan Castellà, pero igualmente os invito a visitar la web de ellos y a pasaros a esta forma de aprovisionamiento, que no es caro.
Por este motivo, y también porque raramente llevo dinero en efectivo, entenderéis que la acción de ir a comprar a la frutería del barrio no me es muy frecuente. Sin embargo, en un afán de perfeccionar la receta que os presento hoy, me encontré deficitaria de brócoli (pobre Patri, hemos comido pasta con brócoli varias veces estos días), el ingrediente a priori protagonista de la cuestión. Así que fui a la frutería a ver si encontraba algo de brócoli, aunque para sorpresa mía lo que encontré fueron estas hermosas zanahorias.
Tan bellas en ese manojo, anaranjadas todas ellas con un olor a tierra como si recién las hubieran arrancado, me pedían a gritos irse conmigo. Pensé que darían un gran contraste de color y textura a mi plato, así que las cogí por las ramas y me las llevé (pagándolas primero, eso sí).
De pronto el brócoli se convirtió en un personaje secundario, compartiendo protagonismo con las zanahorias en este plato de pasta que siempre había sido suyo. Entonces, ahora en vez de llamarse “pasta con brócoli”, el plato se llama “pasta con zanahoria y brócoli”
Más fotos de iPhone :) |
Me encanta comer pasta con verduras. Y si llevan queso, mejor. Sin embargo, existe cierta dificultad en lograr que las verduras se integren a la pasta y que todo el conjunto parezca un solo plato emulsionado, cremoso y rico. La adición de nata ayuda bastante para espesar e integrar las verduras, pero luego un plato que en teoría debía ser “sano”, se pierde entre tanto lácteo. Así, mi intento por espesar mi pasta con verduras me ha llevado a añadir gelatinas, almidones, leche evaporada, entre otros. Un día, curioseando por la red, encontré una receta de espagueti que aseguraba ser la versión original de la preparación… y no llevaba nata ni leche ni nada. Le di un vistazo y lo que hacía era utilizar la misma agua de la cocción de los espagueti (cargados del almidón que desprende la pasta) para emulsionar el queso en una crema suave. Desde ese día que probé la receta, no he dejado de utilizar el agua de la pasta para hidratar mis salsas, cualquiera fuera la combinación de quesos o verduras.
Lo otro que suelo hacer es dejar reposar la pasta antes de comerla. Una vez combinado todos los ingredientes, dejo la preparación tapada por cinco minutos aproximadamente para que el queso se combine con los otros líquidos con la ayuda del agua almidonada de la pasta y formen una crema homogénea y consistente.
El resultado es realmente intenso. Si bien se podría prescindir totalmente de natas y lácteos varios, yo incluyo un poco de nata para dar mas intensidad. El plato tiene poco de “light”, aunque se escuda en usar pasta integral, pero bueno, es una debilidad que nos permitimos de vez en cuando. Trataré de explicar con detalle la técnica, porque seguro que no volveréis a colar los fideos nunca más sin reservar un poco del agua para acabar la preparación.
Espero que os guste como a mí.
Pasta integral con Zanahoria y Brócoli
4 PERSONAS | 40 MINUTOS | FÁCIL
- 250g de brócoli , incluida la parte tierna del tallo (alrededor de media pieza)
- 3 zanahorias grandes
- 1 diente de ajo
- 125 g de queso de tierno (de bola, gouda, munster, etc)
- 100 ml de nata para cocinar (o leche evaporada)
- 15gr (1 cucharada) de mantequilla
- 150 g de espagueti integral.
- Sal y pimienta.
- Poner a hervir agua en una olla (unos 2,5 litros, aproximadamente)
- Lavar y cortar el brócoli en flores pequeñas. Pelar el tallo y picar en cubos pequeños. Cuando el agua este hirviendo, agregar el brócoli y escaldar por dos minutos. Con la ayuda de una espumadera, retirar el brócoli del agua y transportarlo a un colador. Reservar el brócoli y mantener el agua en la olla para cocinar la pasta.
- Pelar las zanahorias y cortar palitos de 1cm por lado, aproximadamente. Picar finamente el diente de ajo. Reservar.
- Agregar la pasta al agua hirviendo y cocinar hasta que esté al dente
- Por mientras, derretir la mantequilla en una olla baja. Agregar el ajo y la zanahoria, cocinar por cinco minutos. Agregar el brócoli y cocinar. Agregar la nata y combinar.
- Cuando la pasta este al dente, ir agregando rápidamente la pasta con ayuda de una cuchara de espagueti directamente a la combinación de verduras (de una olla a otra, escurrida). Al principio habrá una evaporación escandalosa del agua que arrastramos en la pasta debido al calor de la olla, que irá disminuyendo a medida que agregamos todos los espaguetis. Es importante hacer esta transferencia rápidamente.
- Agregar inmediatamente alrededor de 150ml del agua de cocción de la pasta. Remover, tratando de combinar las verduras con la pasta con movimientos circulares rápidos.
- Finalmente, agregar el queso, sal y pimienta, y remover rápidamente para integrarlo. A mi me va muy bien hacer movimientos circulares bien rápidos, como creando un remolino.
- Una vez integrado el queso. Tapar y dejar reposar por cinco minutos.
- Servir de inmediato a los comensales. Comen cómodamente 4.
-v
ñami ñami sis
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