sábado, 5 de enero de 2013

Sopa de Frijoles Negros con Calabaza y Jamón

 

Suelo tener largos episodios de algo que con el tiempo he acuñado “obsesión culinaria”; es decir, períodos de tiempo en los que se tiene  fijación con algún tipo de comida y se abusa de  ella en todas sus formas posibles, hasta que llega el día en que deja de apetecer (¡cómo no!) y se le da un respiro largo… bastante largo. Cuando digo “algún tipo de comida” me refiero tanto a un ingrediente como a una técnica de cocina o un país o cultura en particular. Mis obsesiones culinarias suelen durar un par de meses y entre las más duraderas  recuerdo  mi “episodio árabe” (o “cómo me hinché de falafel”), mi fascinación con la cocción al vapor (esta no duró tanto) o mi período mermelada- varios meses en lo que hervía cualquier tipo de fruta para hacer conservas. De uno que sabréis bastante en el blog es de mi “período garbanzo”: he cocinado estos amiguitos redondos, creo, en todas sus formas posibles.


Si bien suena un poco enfermizo, la verdad es que estos episodios de obsesión culinaria  son muy provechosos para aprender sobre alguna cocina en particular (como la árabe) o alguna técnica que sólo se domina por la prueba y error. Al profundizar tanto en algo, lo que sucede es que pasa a ser parte de uno,  fusionándose de manera natural con otras experiencias culinarias de tu vida y dando paso a la creación. Es por eso que les doy rienda suelta, aunque ello  suponga a veces no querer saber de alguna comida por un par de meses.



Actualmente estoy definitivamente en una obsesión con los frijoles, más específicamente con los frijoles negros. Todo empezó al comienzo del verano cuando vino mi cuñada a visitarnos y preparó un pollo al limón al más puro estilo cubano, que se acompaña, cómo no, del famoso  arroz con frijoles.  Pusimos a cocinar los frijoles con antelación, y mientras el pollo se iba dorando en limón, ella iba haciendo- perfectamente orquestado como si de un ballet se tratara, un sofrito con tomate, cebolla, laurel y pimiento en el cual finalizó la cocción de los frijoles negros que llevaban un rato hirviendo en otra olla. Si bien el pollo estaba riquísimo, el haber comido esos frijoles- de piel carnosa, pulpa suave y sabrosa, perfectamente aromatizados con ese sofrito que le quedó de maravilla, marcó el inicio de una necesidad de comerlos casi todos los días. Tuvimos la suerte de viajar de vacaciones a Puerto Rico unos meses después de la visita de Ana, mi cuñada, por lo que pude saborear en vivo y en directo este manjar de las legumbres en varias de sus versiones caribeñas, lugar donde juega un papel protagónico del menú diario.


Una vez en de regreso en Barcelona, mi episodio-frijoles-negros se agudizó y busqué en el repertorio mexicano otras maneras de comer estas legumbres. Es así como terminé alimentándome varias semanas de frijoles refritos a la hora de la comida… ¡deliciosos! Ya lo había reflexionado en mi período-garbanzo, y es que las legumbres son un alimento tan versátil y nutritivo… no me extraña que tantas culturas las tengan como un ingrediente básico de su alimentación diaria.



El plato que os presento hoy es la manera en la que he estado comiendo los frijoles en estas fechas aprovechándome de  tanta calabaza y jamón de las fiestas. No tiene un origen claro: un día se me ocurrió prepararlos así  porque mi cuñada utilizaba unas pastillas de caldo de “jamon y calabaza” para cocinar sus platos con frijoles por lo que tenía todo el sentido del mundo que la utilización de ambos ingredientes me dieran un plato digno. Y así fue. Este plato es cálido, reconfortante, sabroso, bello en contraste tanto de texturas como de colores. 


Observaciones en la cocción de los frijoles

Lo que tienen los frijoles negros es que hay que ponerlos en remojo la noche anterior, por lo que comerlos debe ser una acción premeditada. Eso, o encontrar frijoles negros cocidos enlatados, pero aquí en Barcelona no me ha sido fácil esa tarea: la relación de precios no lo compensa. Una vez remojados, los ponemos a fuego lento  en una olla con agua  doblando el volumen que ocupan los frijoles. Tardan alrededor de 50-60 minutos en estar listos, cuando los probéis, la piel debe ofrecer cierta resistencia a los dientes, pero la pulpa debe estar ligeramente blanda  ya que se acabarán de cocinar en el resto de la preparación. Si los frijoles quedan muy cocidos en esta primera etapa, colapsarán al cocinarlos en el sofrito, por lo que debemos cuidar de que no se pasen.  Una vez cocidos, podemos guardarlos en su líquido de cocción (una sopa negra que está más buena de sabor que de aspecto) o colarlos y congelarlos para usarlos más adelante. Para la receta de hoy, os recomiendo usar el líquido de cocción ya que da más intensidad al plato, aunque si no, siempre se puede utilizar agua.

Espero que os guste. Es una excelente opción para estos raros días de invierno.

Sopa de Frijoles Negros con Calabaza y Jamón

4 PERSONAS | 20 MIN |FÁCIL
  • 500g de frijoles negros  cocidos, con su líquido de cocción (alrededor de una taza de frijoles secos, mirar más arriba los consejos de cocción)
  • 250g de calabaza
  • 1 cebolla mediana (125g)
  • 80g de virutas de jamón
  • 1 hoja de laurel
  • Sal y pimienta
  1. Cortar la calabaza y la cebolla en cubos pequeños de medio centímetro, aproximadamente.
  2. En una olla baja, sofreír la cebolla y la calabaza con la hoja de laurel hasta que la cebolla se ponga transparente. Agregar la mitad de las virutas de jamón y cocinar por un minuto más
  3. Agregar los frijoles y su líquido de cocción. Si no se cuenta con el líquido de cocción, agregar 200ml (1 taza) de agua.  Cocinar de cinco a diez minutos  o hasta que los frijoles estén blandos. Si se evapora el líquido, agregar agua de manera que no se seque la preparación. La cosistencia final debe ser de sopa espesa, aunque si se prefiere, puede ser más ligera.
  4. Minutos antes de acabar la cocción, agregar la mitad de las virutas restantes.
  5. Servir caliente en platos de sopa decorando con el resto del jamón.
 -v

1 comentario:

  1. Exquisito! Voy a tratar de hacerlo sin los cubitos de jamon y calabaza! Y si quieres te envio un cargamento de latas de frijoles! :)
    Me encanta el blog!!

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