Salsa de Pimientos, Olivas y Avellanas

Tres. Sólo tres. Ese es el número de entradas que hice en Higos Figues el mes de marzo. Ya me habían advertido de esta tendencia blogera-principiante en la que la frecuencia con la que se postea decrece fuertemente después de unos meses. ¿Razón? Desmotivación, tiempo, falta de ideas, etc. Lo cierto es que en mi caso no es ninguna de las anteriores. Es solo que se alinearon una serie de eventos que me mantuvieron lejos de mi blog por un (par) de semanas. Seguí cocinando y sacando fotos, pero no me pude sentar a escribir… ¡Pero aquí estoy otra vez! Así que no dejéis de pasar que trataré de que esto no vuelva a pasar.


Y bueno, ya excusada de mis faltas, os comento la receta de hoy.

La primavera ha llegado a Barcelona (por fin!) y con ello el placer de disfrutar de las terrazas, los parques y el aire libre. A mi hermana le esta pasando lo contrario en el otro lado del mundo, y está recibiendo gustosa un otoño chileno de vendimias. Ambas estaciones tienen su belleza.

Nuestra casa tiene bastantes ventanas por la que se cuelan estos días toneladas de luz primaveral. Es ese sol que calienta los espacios, los ilumina, te invitan a sentarte a leer, conversar, pasar el rato. A un año de haber llegado a este piso, no habíamos tenido la oportunidad aún de disfrutar de los espacios de casa en esta época- el año pasado en estos meses estábamos entre botes de pintura y sin muebles, por lo que me apetecía no dejar pasar la oportunidad de aprovechar el momento para sentarnos en el salón de casa a disfrutar de estos primeros días de sol.

Preparé para ello uno de mis “dips” favoritos que siempre uso como aperitivo en fiestas y demases, aunque también la uso para comer con pasta (en vez de salsa de tomate), con lechuga o verduras al horno. Así de flexible es. La receta original es de mi madre, para variar, aunque su versión no tiene avellanas. Como salsa para untar con galletas, apio o zanahoria es una excelente opción ya que es consistente pero ligera al no tener ni queso ni otro lácteo, ingredientes típicos de las salsas de aperitivo.

Yo diría que la salsa esta entre una romesco y una olivada, no siendo ninguna de las dos en realidad. Su sabor es dulce, con toques salados debidos a las anchoas. La consistencia que se logra con las avellanas permite ser untada y llevarse un buen bocado a la boca, que complementa a la perfección con la textura crujiente de las zanahorias o el apio. Todo esto, acompañado de una cerveza bien fría o una copa de vino disfrutando del sol y una buena conversación son los placeres del mediterráneo, qué os voy a decir.

Su preparación no puede ser mas simple, ya que todos los ingredientes vienen en latas de conserva que solo hay que triturar con un robot de cocina. Las cantidades que os propongo son las que mejor funcionan para mí, aunque podéis modificarlas función de vuestros gustos. Lo que sí, veréis que probada una vez, quedará en vuestros repertorios para siempre.

¡Que aproveche!

Salsa de Pimientos, Olivas y avellanas

2 TAZAS | 10 MIN | FÁCIL

• 220g de pimientos del piquillo escalibados

• 130g de olivas verdes rellenas de anchoa

• 50g de avellanas tostadas

• 20 ml de aceite de oliva

• 1 o dos rodajas de jalapeño

Opciones de acompañamiento: apio, zanahoria, otros crudités o galletas saladas

1. Si los pimientos y las olivas vienen en sus respectivos líquidos, escurrir lo máximo posible.
2. Poner en un vaso de triturar las olivas, el pimiento, las avellanas y el jalapeño. Triturar hasta conseguir un puré homogéneo. 
3. Agregar el aceite y volver a triturar hasta emulsionar toda la mezcla. Agregar mas aceite si es necesario.
4. Servir acompañado de crudités, galletas, ensalada, o utilizar caliente para acompañar pastas.
5. Se mantiene en la nevera en un contenedor hermético por una semana.

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