domingo, 7 de abril de 2013

Mantequilla de Cacahuete


Esta es la primera vez que comienzo a escribir un post antes de haber cocinado lo que digo que voy  a cocinar. Se siente raro, porque puede pasar algo que me impida llevar a cabo mi misión culinaria, o que la misión acabe en un enorme fracaso y todo este texto quede relegado a la espera de conseguir una preparación exitosa. Puede pasar aquello, pero creo que hay pocas posibilidades de incidentes entre los  ocho metros que separan mi despacho de la cocina. Y las posibilidades de que salga mal lo que hoy os presento también son muy pequeñas, ya que se trata nuevamente de una receta de juntar y triturar.



La mantequilla de cacahuete es una pasta sabrosísima de cacahuetes tostados (o maní, como se dice en gran parte de Latinoamérica) de esas que, si nadie ni nada lo impide, te puedes comer un kilo sin rechistar (efecto similar al de la nutella). Es adictiva, de verdad. La primera vez que la comí fue de un bote enorme que trajo una tía de Canadá. Recuerdo que mi primera reacción al probarla fue de rechazo frente al sabor cálido de la pasta aquella. Pero luego, como por arte de magia, me metí otra cucharada a la boca sin querer, y así otra y otra saboreando aquella sensación empalagosa y untuosa en mi boca hasta que alguien me quitó el bote y paré.



Pasó bastante tiempo antes de que volviera a comerla porque en Chile aún no era tan popular. Pero cuando llegamos a Estados Unidos con mi familia, eso sí que dio rienda suelta a la adquisición de peanut butter por montones, donde aprendimos también a combinarla con todas las mermeladas y chocolates existentes.


Si bien su contenido calórico es bastante elevado- lo que puede asustar a algunos paladares preocupados de este factor, la mantequilla de cacahuete es un alimento que ha ganado respeto nutricional por su alto contenido en proteínas y grasas no saturadas, de esas que ayudan a disminuir el colesterol y otros milagros. Es baja en carbohidratos también: dos cucharadas solo contienen 3g de azúcar. ¿Por qué os comento esto? Supongo porque cuando yo comencé a comerla me parecía un tremendo pecado meterme tantas calorías en la boca, pero luego de unas dosis de educación nutricional, entendí que lo importante de la cuestión no es cuantas calorías ingerimos, si no que cuanto azúcar terminamos consumiendo. Que no es lo mismo.


Fue precisamente buscando alimentos bajos en azúcar que di con la mantequilla de cacahuete en Barcelona. Pero cuando la fui a mirar al súper, las pocas variedades que se ofertaban por aquí están cargadas de azúcar añadida que le quitaba un poco la razón de ser. Así que me puse a investigar cómo prepararla desde cero, y sorpresa la mía, era increíblemente fácil. Se trata de coger cacahuetes pelados, tostarlos en el horno, triturarlos con un poco de aceite de sésamo (u otro de sabor neutro, como el de girasol) hasta el punto que más guste al consumidor: bien triturada para una consistencia suave, menos triturada para encontrar trozos de cacahuete enteros entre la pasta. También se puede agregar azúcar, pepitas de chocolate o pasas, otra vez a gusto del consumidor.



Quizás la mayor dificultad con la que nos podamos encontrar es la de hallar cacahuetes pelados y sin sal que nos eviten la tediosa tarea de pelarlos. La primera vez que hice compré cacahuetes con cáscara y los pelamos uno a uno, lo que tiene su trabajo adicional. Si estáis en Barcelona, podéis probar de comprarlos en esta tienda, de la que algún día haremos un post. Si no, comprad cacahuetes con cascara y peladlos después de tostar.


Espero que os guste la idea, ya que es otra de esas cosas que son tan simples de preparar, que no vale la pena comprar. En las fotos os la presento en mis dos maneras favoritas de comerla: con manzana y en unas tostadas con mermelada. Para hacer lo de la manzana, cortad la fruta por la mitad longitudinalmente y con una cuchara sacad parte de la pulpa. Rellenar con mantequilla de cacahuete y refrigerar por un par de horas. Al momento de servir, cortarla en gajos.

Mantequilla de Cacahuete

1.5 TAZAS | 30 MINUTOS | FÁCIL
  • 310g de cacahuetes pelados
  • 2 cucharadas de aceite de sésamo (o girasol)
  • 3 cucharadas de azúcar moreno
  1. Precalentar el horno a 150ºC
  2. Disponer los cacahuetes en una bandeja de horno y hornear por 20 minutos o hasta que estén  tostados. Remover la bandeja cada 5-7 minutos para conseguir un tostado homogéneo.
  3. Una vez tostados, y aún calientes, disponer en el vaso del robot de cocina. Agregar el aceite y el azúcar. Triturar la mezcla hasta la consistencia deseada, parando y removiendo la mezcla con una espátula de vez en cuando para ayudar en el proceso. La mezcla estará lo suficientemente triturada cuando tenga una consistencia ligeramente líquida y brillante. Una vez fría, la mantequilla adquirirá mas consistencia de pasta.
  4. Trasladar a un contenedor hermético y refrigerar.
  5. Servir en tostadas con mermelada, con chocolate o con otras preparaciones.
-v


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