jueves, 9 de marzo de 2017

"Arroz" de Brocoli y Quinoa



Hoy cumplimos 37 semanas de embarazo, lo que significa que la Helenita está en plenas condiciones para salir si quisiera. Es como cuando pones algo en el horno y suena el temporizador, pero en vez de sacarlo apagas el horno y lo dejas dentro para que no se enfríe.

... Aunque si dependiera de mí, yo la sacaría del horno inmediatamente y la haría reposar en la mesa de la cocina. Espero que ella pronto decida salir.



Como os comenté hace un par de entradas, tengo la suerte de que mi hija disfruta genuinamente de la comida que preparo. A veces, cuando se mete un bocado a la boca, cierra los ojos y hace "mmm" y yo que me quedo embobada mirándola. Otras veces es más verbal y me dice "Mamá, esto está muy güeno". Con esta clase de motivación, mis ganas por pasar tiempo en la cocina sobrepasan el peso de mi barriga, e intento que cada cena, desayuno o merienda sean bocados sabrosos para el deleite de mi gourmet comensal.

A veces no es fácil. La Mandy es igualmente una niña de dos años y poco a poco va entendiendo qué hay en el plato y qué cosas no le gustan "tanto". Uno de los casos más recientes es su aversión por el brócoli. Cuando ve las flores verdes en el plato, su emoción por sentarse a la mesa bajan vertiginosamente y comienza la batalla por convencerla de que lo pruebe, al menos.




Analizando el tema me dí cuenta que lo que la echaba para atrás no era el sabor, si no que el tamaño de aquella verdura. Con esto en mente, me acordé de esta receta de "arroz" de coliflor que tanto se usa en la cocina vegana, para intentar reintroducir el brócoli en un plato que fuera sabroso para la Mandy.

Fue así como cogí las flores del brocoli, las pase por el procesador hasta conseguir una consistencia como de migas, o arroz. Luego preparé quinoa agregando un poco más de agua que lo normal y cuando ya estaba cocinada, vertí el arroz de brocoli en la olla dejando que absorbiera el agua restante y se cocinara lo justo para tener un color verde vibrante. Los aliños fueron un poco de tamari, un poco de cebollino y siracha para los adultos, que le otorgó el toque salado y sabroso que terminó de enganchar a mi hija.



El plato fue un éxito. Conseguí la cara de "mmm" de mi hija y eso me hizo tremendamente feliz. Esta preparación fue rápidamente introducida al repertorio semanal, y lo usamos básicamente para acompañar salmón, o un tofu salteado, que es como lo comimos para las fotos de esta entrada.

No me atrevo a llamar el plato "kids friendly" aunque si tenéis niños, podéis probar la receta con ellos. Si les gusta, tendréis una comida muy saludable y fácil de hacer para las cenas de la semana.

Espero que os guste.

Arroz de Brocoli con Quinoa

2 PERSONAS | 30 MINUTOS | FÁCIL
  • 1/2 taza de Quinoa
  • 200 gramos de flores de brocoli 
  • 1 1/2 tazas de caldo de verduras
  • 3 cucharadas de tamari
  • 2 cebollinos
  • Siracha 
  • Semillas de sésamo
  1. Lavar la quinoa con agua y escurrir.
  2. Disponer la quinoa lavada en una olla con el caldo de verduras. Llevar a ebullición y bajar el fuego. Dejar cocinar destapado hasta que la quinoa esté cocida, unos 10-15 minutos. Aún debe quedar agua en la olla.
  3. Por mientras la quinoa se cocina, procesar el brócoli pulsando poco a poco hasta conseguir un tamaño  de migas, o "arroz". 
  4. Una vez cocinada la quinoa, agregar el arroz de brócoli y el tamari. Revolver con una cuchara de palo y esperar que el brocoli se cocine con el agua restante, unos tres minutos.
  5. Servir caliente con cebollino en juliana, semillas de sesamo y Siracha a gusto.





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