Existen algunos especímenes homínidos que por alguna disfunción genética o cultural están incapacitados para disfrutar del chocolate. Ellos no tiene la culpa de que no les guste. Es simplemente algo que no va bien en sus papilas gustativas o su cerebro, y lamentablemente, no existe una cura para ello. Mi cuñado Pepe, pobre, sufre de esta terrible condición y todos esperamos que sus genes chocolate-aversos no pasen a su descendencia (¡mis sobrinitos!). Porque en mi casa, por fortuna, nos hemos salvado. Nos gusta el chocolate, y mucho. Mi hermana puede comerse unos cuantos Milkas seguidos sin el mínimo arrepentimiento, y mi mamá… bueno, mi mamá y su relación con el chocolate es como aquella de un perro con su hueso favorito; no te acerques a pedirle porque no lo compartirá contigo. Ni aunque seas su hija. Con nadie.
A mí también me gusta el chocolate. Aquí en Barcelona- en Europa en general, tengo la fortuna de disfrutar de una oferta muchísimo más variada que en América, y eso me ha llevado degustar diferentes intensidades, orígenes y marcas. Mi chocolate favorito es el Lindt 85% cacao, y el que generalmente comemos, a cuadraditos, de postre después de cenar con el Patri. Y es que cualquier chocoadicto estará de acuerdo en que el postre, sin importar cuan copiosa haya sido la comida, ha de involucrar una preparación con cacao.
Por este motivo me parece sumamente importante que este blog tenga un nutrido repertorio de recetas con chocolate para que ninguna comida o cena digna le falte su final indulgente. Comenzaremos hoy con este exquisito pastel basado en una receta cortesía de Gavina, chef vegetariana por excelencia que ya ha publicado cuatro libros alrededor de comidas deliciosas y saludables. Tuve la oportunidad de cocinar con ella hace un par de meses atrás, en una actividad que organizamos para la despedida de solteras de mi amiga Mireia, la ahora mujer de Jose. El menú “afrodisíaco” que Gavina planteaba esa noche incluía, entre otros manjares, esta delicia de bizcocho a base de harina de arroz que ya he repetido en casa unas cuantas ocasiones.
Como cualquier bizcocho, éste se aprovecha de unas claras bien montadas para dar volumen y esponjosidad a la masa. La harina de arroz, por otro lado, consigue darle consistencia sin quitarle humedad, además de proporcionar cierta textura granulada muy agradable. El resultado es un pastel con volumen, intenso pero de textura delicada, que consigue que cada bocado sea una cucharada de espuma que al presionar en la boca se convierte en chocolate derretido… ñami!
En mis experiencias con este pastel, he concluido que la clave son unas claras de huevo bien montadas y una mezcla de éstas con el resto de la masa de manera rápida y homogénea. Yo utilizo crémor tártaro para montar mis claras, pero también podéis utilizar una cucharada de vinagre blanco que realiza la misma función. La harina de arroz se ha vuelto bastante asequible últimamente, pero si os habéis dejado la piel yendo de tienda en tienda sin encontrar una bolsita, utilizad harina de trigo, aunque el pastel quedará un poco más seco. Finalmente, en lo que respecta al ingrediente principal, aseguraros de utilizar un buen chocolate de repostería, que generalmente tienen más contenido de chocolate y más mantequilla de cacao, lo que facilita su fundición. Para los que están de este lado del Atlántico una buena opción es el Lindt 70% cacao de repostería.
Espero que os atreváis con la receta, no os arrepentiréis. Ya que es temporada de fresas, acompaño mi pastel con unas fresas troceadas y marinadas con un poco de azúcar el día anterior y un poco de leche de coco montada (como hicimos en el pastel de zanahoria) para una combinación de sabores maravillosa. Aprovecho de agradecer a Gavina por tan buena velada de cocina y os invito a acercaros a su repertorio culinario vegetariano que no os quedaréis con hambre.
Pastel suave de Chocolate
8 PERSONAS | 1 HORA | DIFICULTAD MEDIA
Para acompañar:
- 4 huevos
- ¼ cucharadita de crémor tártaro (o 1 cucharada de vinagre de manzana)
- 100 gr de azúcar moreno
- 150 gr de mantequilla
- 150 gr de chocolate de cobertura (70% cacao)
- 75 gr. de harina de arroz
- 200 gr de fresas
- 2 cucharadas de azúcar
- Leche de coco fría
-v
- Precalentar el horno a 180ºC y preparar un molde de 15cm de diámetro.
- Separar las claras de las yemas
- Montar las claras con el crémor tártaro o vinagre hasta obtener un merengue firme, con picos duros. Reservar mientras se continúa con la preparación.
- En otro bol, mezclar las yemas con el azúcar y batir hasta obtener una mezcla blanquecina y homogénea. A esta técnica se llama “blanquear las yemas” y su punto optimo de batido es cuando al dejar caer una cucharada de la mezcla en el bol, ésta hace una cinta sin cortarse. Ver mas detalles de este paso en la receta del bizcocho de fresas del año pasado.
- Trocear la mantequilla y el chocolate y ponerlo en un cazo a derretir a baño maría. Si ya sois diestros en las artes reposteras, podéis hacer como yo y prescindir del baño maría: poner el cazo en el fuego más pequeño de vuestra cocina por 10 segundos, retirar por 10 segundos, volver a poner y retirar por el mismo tiempo sucesivamente mientras revolvemos con una cuchara de palo hasta conseguir que la mezcla se derrita por completo. Con esta técnica, hay que tener cuidado de no calentar demasiado el chocolate para no quemarlo.
- Incorporar el chocolate derretido a las yemas con movimientos envolventes hasta obtener una mezcla homogénea. Verter 1/3 de la harina y 1/3 del merengue a la mezcla de huevo y chocolate, e integrar con movimientos envolventes, lentos y suaves para no perder volumen del merengue. Repetir la operación dos veces más hasta acabar con la harina y el merengue.
- Verter la mezcla sobre el molde preparado y hornear por 30 a 40 minutos, o hasta que al pinchar el bizcocho con un cuchillo, éste salga limpio.
- Servir caliente con un poco de leche de coco montada (como nata montada) y fresas previamente cortadas y marinadas con azúcar.
La textura tiene muy buena pinta y la cobertura con leche de coco muy interesante. Espero que algún día me regales una degustación :) porque aunque lo intente yo no me iba a quedar así, le echaría el doble de chocolate, la mitad de harina, me olvidaría del crémor y el vinagre, la harina sería de... algarroba y sólo dispondría de 3 huevos en el momento de la preparación...
ResponderEliminarPD: Viva el chocolate!
Jaja! sería interesante ver tu versión de esta tarta, Jaume. Igualmente, prometo llegar con ella cuando inaugures la barbacoa :)
Eliminar