domingo, 18 de agosto de 2013

Helado de Vainilla con Cerezas Horneadas con Ron




A mi hermana no le hará mucha gracia que diga que este año he hecho más helado que nunca. El verano pasado ella insistía en que no utilizaba mi nueva heladera lo suficiente (en todo caso, ¿existe la palabra “suficiente” para hablar de helado?), y aprovechaba cada momento ocioso en casa para decirme “¿por qué no haces helado?”. Este verano, sin embargo, puedo decir- y atribuir a ello unos cuantos kilitos de más, que hemos hecho “suficiente” helado: helado de mango, de chocolate, vainilla unas cuantas veces, y de vainilla con cerezas horneadas otro par.




Hornear frutas, junto con hacer helado, han colmado mi actividad culinaria dulce estos últimos meses. Y es que desde que descubrí a través de esta receta de Alanna que unos minutos en un horno fuerte concentran a la perfección los azúcares y aromas de las frutas de verano como las cerezas, melocotones y albaricoques, estoy dispuesta a encender el infierno en mi cocina por un rato para disfrutar de esos trocitos de fruta caramelizada sobre un trozo de bizcocho, yogurt, queso o un helado casero.


A los lectores que no aun no tienen uno de estos artilugios para hacer helado, os animo a adquirir uno. Son relativamente baratos, y créanme, amortizable en cuestión de meses. Las heleras son cacharros bastante simples con un bol de doble fondo y un motor que hace girar una pala. El doble fondo del bol contiene un líquido refrigerante, que al congelarse permite mantener en su interior una temperatura inferior al punto de congelación del agua (0ºC).  Al verter la preparación de helado dentro del bol (de nata, de huevo, de frutas, etc.) el líquido tiende a formar cristales y congelarse, pero el movimiento constante de las palas irá rompiendo esos cristales, dando la textura granizada y cremosa que conocemos del helado. El helado es, por así decirlo, mini cristales de hielo que no han podido unirse para formar un bloque, como pasa cuando hacemos hielo.


Esta teoría física la conozco de memoria porque la primera vez que hice helado fue en el laboratorio del cole, en clases de química. En ese caso, utilizamos sal para bajar el punto de fusión del agua y poder introducir en ella una bolsita con un poco de nata que removíamos con los dedos para formar helado. El concepto me pareció tan fascinante que hasta ahora lo comparto cada vez que puedo. Ah! La ciencia en la cocina!



Otra forma de hacer helado es poniendo el contenido líquido en un bol, meterlo al congelador, y cada cierto tiempo, quince minutos más o menos,  sacarlo y romper los cristales con la ayuda de un tenedor. Puede ser más largo, pero a falta de una heladera, es una solución. La gracia de hacer helados caseros, como tantas otras preparaciones, es que estas en control de cada cosa que le echas al helado. Lo digo en relación al sabor, pero también para cosas como estabilizantes, preservantes,  y la larga lista de ingredientes inidentificables de los helados industriales. Y eso es bello y sano.



Mi propuesta de helado para hoy tiene dos partes: por una la preparación del helado de vainilla como tal, y por otra, la preparación de las cerezas al horno. En el caso de que mi discurso sobre la idoneidad de una heladera no acabe de convenceros, podéis saltaros este paso y comprar un buen helado de vainilla para acompañar la preparación de cerezas.



Si queréis hacer el helado vosotros, contad que necesitamos dos días ya que tanto la preparación del helado como las cerezas deben enfriar en la nevera. El helado que prepararemos utiliza una base común de huevo y nata, que aromatizamos con una vaina de vainilla. La preparación de las cerezas es bastante simplÑ  las extendemos en una bandeja, espolvoreamos un poco de azúcar y ron sobre ellas, , y las metemos al horno por 15 a 20 minutos o hasta que se noten blandas y desinfladas. Una vez fuera, le quitamos los huesos, ponemos un poco más de ron, y las guardamos en un frasco en la nevera hasta que las necesitemos. Ya veréis, el sabor es como de cerezas concentrado, con una pulpa suave y acaramelada. Podéis aprovechar la ocasión y hacer más cerezas que lo que dicta la receta y guardar el resto en la nevera por un mes.


 Espero que os abra el apetito. Ya vendrá el crudo invierno para hacer deporte y comer acelgas. Ahora, ¡que vivan los helados!

Helado de Vainilla con Cerezas Horneadas con Ron

1 LITRO DE HELADO 1 | 1 HORA + 1 DIA REPOSO | DIFICULTOSO
Para el helado
  • 300ml de nata (35% materia grasa)
  • 300ml de leche entera
  • 4 yemas de huevo
  • 100g de azúcar
  • 1 vaina de vainilla (o 3 cucharadas de esencia de vainilla)
Para las cerezas horneadas con ron
  • 350g de cerezas frescas
  • 1 cucharada de azúcar
  • 1+2 cucharadas de ron
  1. Para preparar el helado, congelar el bol de la heladera con antelación.
  2. Poner la leche en un cazo. Abrir la vaina de vainilla longitudinalmente, raspar las semillas y agregar las semillas y la vaina a la leche. Calentar hasta el primer hervor y apagar. Dejar infusionar.
  3. Batir las yemas de huevo con el azúcar hasta obtener una mezcla blanquecina y cremosa.  Agregar la nata poco a poco, batiendo hasta conseguir una mezcla homogénea.
  4. Trasladar la preparación de huevo a un cazo y agregar poco a poco la leche con vainilla, cuidando de revolver constantemente con una cuchara.
  5. Poner el cazo a fuego medio y sin dejar de revolver, cocinar la preparación hasta que espese y salgan a la superficie las primeras burbujas. No sobrecocinar. Apagar el fuego y trasladar la mezcla a un bol. Tapar, dejar reposar dos horas a temperatura ambiente y luego refrigerar 8 horas, o hasta el día siguiente. Por mientras preparar las cerezas.
  6. Para hornear las cerezas, precalentar el horno a 200ºC.
  7. Lavar las cerezas y disponerlas en una bandeja para horno en una sola capa. Rociar una cucharada de azúcar. Rociar una cucharada de ron.  Hornear por 15 a 20 minutos, removiendo una vez en la mitad del proceso, hasta que se vean jugos de cereza en la bandeja y estas se encuentren ligeramente desinfladas, como en las fotos.
  8. Despitar las cerezas con ayuda de un cuchillo y disponerlas en un bol. Agregar 2 cucharadas de ron a la bandeja y diluir los jugos que han quedado en ella. Agregar este líquido a las cerezas. Tapar el bol y refrigerar, por hasta un máximo de 30 días (luego comienzan a fermentar y cogen un gusto picante). Se pueden también utilizar inmediatamente sobre un helado de vainilla (o chocolate).
  9. Una vez fría la preparación de helado y de cerezas, preparar el helado de acuerdo a las instrucciones de la heladera. Generalmente incluye montar el aparato, encenderlo y verter poco a poco la mezcla de helado con las palas rotando. 
  10. Después de 15 minutos en la máquina, o hasta que el helado tenga consistencia y haya palidecido, retirar las palas del bol y rápidamente agregar las cerezas. Envolver las cerezas en cinco o seis movimientos en el helado con la ayuda de una espátula, de manera que queden partes de helado sin teñir.
  11. Trasladar la mezcla aun bol alargado (o un contenedor plástico de helado de litro) y congelar por dos o tres horas antes de consumir.


-v

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