jueves, 27 de julio de 2017

Ceviche de Champiñones


El destino tiene maneras de endulzar ciertas situaciones de la vida que de otra manera serian insostenibles, tristes, desgraciadas en el peor de los casos. Podría ser por ejemplo cuando por trabajo te toca viajar a una aburrida conferencia de ocho horas seguidas, pero por sorpresa te toque viajar en
primera clase.

En mi caso, las circunstancias me han llevado a vivir lejos de mi familia desde que tengo veinte años. Es mi realidad, no tengo a mis padres ni hermanos a mi lado para un almuerzo familiar de fin de semana, ni para los cumpleaños, ni para que me ayuden cuando me tengo que cambiar de casa. Todo esto es particularmente doloroso ahora que tengo a mis dos hijas. Si bien cuento con la hermosa y reconfortante compañía de mis suegros y familia extendida, me entristece enormemente el hecho de que mis padres y hermanos no puedan compartir con Amanda y Helena la rutina del dia a dia, sus primeras veces, que no puedan reconocer sus emociones con aquella facilidad que sólo se adquiere por el contacto diario, por el compartir de las vivencias.


Pero bueno, eso es lo que me toca vivir. Y eso lo sabemos bien en casa. Que al final las cosas ocurren por algo, y que todas estas circunstancias me han hecho ser la persona que hoy soy.

Ahora, debo admitir que no es del todo malo.




Y eso es porque cuando nos toca vernos, generalmente somos el Patri y yo los que viajamos a visitarlos, y por suerte no se trata de un pueblo perdido en el medio de la sierra, sino que de una bella isla en el medio del Mar Caribe llamada Puerto Rico. Así es: cuando en verano todo el mundo está pensando dónde ir, yo ya tengo mi casita en San Juan, con playas paradisíacas y comida de mamá. Cuando en Navidad  toca pasar frío en Barcelona, nosotros volvemos de las fiestas con un bronceado envidiable. Esa es la manera que el destino tiene para endulzarme la vida.

Este mes, aprovechando mi baja maternal y unos pasajes tirados de precio, me armé de valor y me subí sola al avión con mis dos hijas para cruzar el Atlántico y presentar a la pequeña Helena a mis padres y hermanos. Asi que aquí estoy ahora, sentada en la mesa de la cocina de mi mamá, escuchando coquiear de las pequeñas ranitas, escribiendo estas palabras intercaladas con conversaciones sobre la tarta de milhojas que mi madre  prepara para nuestro paseo de este fin de semana. Amanda y Helena duermen recuperándose de un día agotador de juegos con sus tíos, tardes en la playa y cariños con los abuelos. Han sido días maravillosos, llenos de amor y buenos momentos, y lo único que falta para completar el cuadro idílico de estas vacaciones es la presencia de mi Patri, que ha tenido que quedarse en casa trabajando.



Como la oficina de la empresa de mis hermanos queda justamente en la planta de abajo de casa de mis padres, he tenido la oportunidad de entretenerme cocinando para toda la familia unas cuantas veces. Lo que comparto hoy es una receta que le robé a mi compañera del colegio Cecilia en mi último viaje a Chile. Se trata de una ensalada de champiñones cocinados en zumo de limón con aguacate y cebolla que está tremendamente delicioso. Cuando le pedí la receta, me djio que en su casa le llamaban Ceviche de Champiñones, y aquella afirmación para mí tuvo todo el sentido del mundo. Una carne- vegetal en este caso, que se cocina con el limón, se sazona con un poco de picante, cilantro, sal y pimienta, y se complementa con diferentes texturas como son la cebolla, el aguacate, el boniato, unas tostadas, etc. Yo lo he probado con diferentes champiñones, los blancos comunes quedan riquísimos, aunque aquí en Puerto Rico encontré unos Portobello y el sabor es mucho mas rico e intenso.





El plato es de lo más fácil y se presta para producciones industriales, como toca aquí en casa de mis padres. Porque mis hermanos son de buen comer. Yo aproveché que mi mamá hacía unos tostones de plátano para montar mi ceviche sobre ellos. El resultado fue aceptado con ovación, y eso que hasta hace no mucho, los paladares Salinas no eran propensos a preparaciones tan vanguardistas.

Os invito a preparar esta delicia. Es perfecto para estos días de verano en los que apetece cosas frías, frescas y ligeras. Acompañadlo con tostadas refregadas con ajo y un rayito de aceite o si tenéis suerte, con tostones caribeños como yo.

Buen provecho y que la vida os sonría.

Ceviche de Champiñones

6 PERSONAS | 15 MIN + 2 HR REPOSO | FACIL
  • 600 g champiñones tipo Portobelo
  • 1 cebolla morada
  • 150 ml de zumo de limon (3 limones grandes
  • 1 cucharada de salsa Schriracha (u otro picante a elección, como merquén)
  • 1 aguacate
  • 1 manojo de cilantro
  • sal y pimienta
Para acompañar:
  • Tostadas de pan refregadas con ajo y aceite de oliva, o
  • Tostones de plátano, o
  • Trozos de boniato asado,
  • Mayonesa
  1. Limpiar los champiñones con una toalla seca. Procurar no mojarlos con agua para evitar que la superficie se ponga ligosa.
  2. cortar los champiñones en láminas de unos dos milimetros de grosor
  3. Cortar la cebolla en juliana, de grosor mas o menos como las láminas de los champiñones
  4. Poner la cebolla y las láminas de champiñones en una fuente baja, agregar el zumo de limón, el picante, la sal y la pimienta 
  5. Revolver para empapar las verduras con el líquido y dejar reposar en la nevera por un mínimo de dos horas.
  6. Picar el cilantro finamente. Picar el aguacate en láminas o cubitos pequeños.
  7. Antes de servir, agregar al ceviche el cilantro y el aguacate. Rectificar de sal y picante.
  8. Servir frío acompañado de mayonesa, pan, boniato o  tosotones.



3 comentarios:

  1. Yo lo probé en Barcelona. Está muy bueno, sorprende la textura. Estoy esperando para comerlo de nuevo.

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  2. Lo comí y me ha gustado mucho. Es muy curioso.

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  3. He tenido la ocasión de comer este plato cocinado por Valentina y realmente me ha gustado mucho, es muy original y sorprendente, si lugar a dudas si tengo la oportunidad lo volvería comer.

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