Siempre vale tener en cuenta las probabilidades de que los planes no salgan así como uno los diseña. A veces, la excitación hace despreciar la posibilidad de que algo no salga bien, aunque mirado con perspectiva, a posteriori, sí que podía ser. Y es así como de repente le echamos la culpa al destino de lo desgraciada que es nuestra vida, aunque esta se canse en repetirnos que todo es relativo, nada es seguro hasta que pasa.
Una serie de eventos que han sacudido mis últimas semanas me han llevado a esta reflexión. Aun no logro centrarme del todo, pero trato de alejar de mí la sensación de que sólo cosas malas me pasan, y trato de levantarme mirando hacia el frente (nunca hacia abajo, como dice el Patri), optimista de que todo es para mejor.
Si alguna vez os sentís así de melancólicos y lo único que se os apetece escuchar es un disco de Bon Iver una y otra vez, la receta de hoy es para vosotros. Preparar estas empanaditas es terapéutico, especialmente idóneo para aquellos momentos en los que es mejor sumergirse en una tarea repetitiva, laboriosa y detallada para escapar de los pensamientos. Creo que eso me llevó a hacerlos. La masa, la que elabora el papá del tommy y que utilizamos hace un par de semanas para hacer los raviolis con calabaza y queso, llevaba un par de semanas en el congelador sin ninguna urgencia en salir. Me había llegado la primera col del invierno que se avecina, y tenía una visita pendiente a casa de mi suegra, a quien aún no le había dado a probar estos bocaditos chinos. Asi que me levanté, cogí los cacharros que creí necesitar, y partí a su casa para cocinar con ella y pensar en otras cosas mientras rellenaba y daba forma a las masitas.
Las empanaditas están inspiradas en una de los tantos bocados que componen la milenaria tradición china del Dim Sum, un análogo- aunque burdo, de lo que para los españoles son las tapas. Las preparaciones del Dim Sum son amplias en sus rellenos, en su presentación y formas de cocción. Pueden ser cocidas en caldo, al vapor, fritas o al horno, al gusto del consumidor. Pueden ser dobladas como un saquito, como un triángulo, o como os enseño en estas que he hecho yo. La tradición suele presentar en un solo carrito varios tipos para que quien coma vaya eligiendo según le apetezca. En relación al relleno, el que os presento es el que más he visto en los “dumplings” que he probado: una base de col y otras verduras, a las que le agregamos carne de cerdo y aromatizamos con jengibre. Sencillo, pero a la vez increíblemente sabroso.
Los mejores dumplings de Barcelona están sin duda están en un restaurant pequeñito del barrio del Born que se llama Mosquito. Creo que después de haber hecho el Dim Sum en ese lugar, mi perspectiva de la comida china cambió 180 grados. En serio. Nada mejor que todas las exquisiteces en forma de tapas que preparan en ese lugar. He querido ir otra vez pero nunca encuentro sitio, esta tan lleno que hay que reservar como mínimo con unos días de antelación.
Os dejo con la receta. Como os comenté, debéis tener paciencia en el montaje. Preparad el relleno, el espacio para trabajar, e id trabajando por batches o lotes de ocho: enharinad la superficie, disponed las masas precortadas, poner una cucharada de relleno en cada una, mojar las orillas con agua y plegar los bordes para cerrarlas. La masa se puede encontrar fácilmente en una tienda de comida internacional (de chinos)
En relación a la cocción, depende de vuestro gusto cómo cocinarlas. Si es al vapor, lo ideal es hacerlas en los canastos de bambú típicos, pero como alternativa podéis montar un colador forrado con papel de hornear dentro de una olla con agua hirviendo como lo he hecho yo (ver fotos).
El resultado son unos exquisitos bocados ligeros pero reconfortantes que entran muy bien como aperitivo, para disfrutar de una copa de cava, una conversación, y dejar- aunque sea por un rato, todos los problemas atrás.
Suerte con vuestra incursión.
Empanaditas Chinas de Cerdo y Col
5 PERSONAS | 2 HORAS | DIFICULTAD MEDIA- 40 obleas de masa para dim sum
- 200 gr de carne de solomillo de cerdo
- 3 tazas (1/4 de una pieza) de col
- 1 zanahoria mediana
- 1 cebolla mediana (figueres o morada)
- 2 cm de jengiblr fresco (alrededor de 1 cucharadas picado)
- 1 diente de ajo
- 1 cucharada de salsa de pescado
- 1 cucharita de salsa de soja
- Picar finamente la col, la cebolla y el ajo. Rallar la zanahoria y el jengibre Picar finamente la carne de cerdo. Reservar.
- En una sartén, calentar dos cucharadas de aceite. Agregar la cebolla y rehogar unos cinco minutos, luego agregar el ajo, la zanahoria, el jengibre y remover. Agregar finalmente la col. Cocinar hasta que la col haya cedido. Apagar el fuego y agregar la carne, la salsa de pescado y la salsa de soja. Revolver hasta mezclar homogéneamente. Reservar a temperatura ambiente por 30 minutos, aproximadamente.
- Para montar las empanaditas, enharinar la superficie de trabajo. Trabajando en lotes de ocho, disponer las obleas de masa sobre la superficie enharinada y agregar una cucharada de relleno de carne en el medio. Mantener las masas sin utilizar cubiertas con un paño para que no se sequen.
- Humedecer todo el borde de la masa con agua. Doblar por la mitad y cerrar la empanadita con pliegues como se muestra en la figura:
- Reservar en una fuente tapada con un paño de cocina hasta acabar la operación. Se pueden en este punto congelar para su cocción futura.
- Para cocinar al vapor- si no se cuenta con un tiesto especial, forrar la base de un colador con papel sulfurado, hacer pequeños agujeros en el papel y engrasar ligeramente con aceite. Introducir el colador en una olla con agua hirviendo sin que el colador toque el agua. Una vez montado el aparato, disponer las empanaditas en el colador sin que se toquen entre ellas, tapar la olla y cocinar por cinco a 10 minutos hasta que la masa trasluzca levemente, signo de que esta cocida.
- Servir de inmediato con salsa de soja o salsa agridulce.
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